sábado, 5 de noviembre de 2011

X En esperanza de una madera nueva

almaderos
en esperanza de una madera nueva





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En esperanza de una madera nueva






Si pudiéramos decir:

Con solo aquí, hablas dicha o la carencia,
sugieres pena, cansas o corrido.

Donde callo oscuro, o desmedida,
y piensas, o nadie escucha claro.
¿Y acaso publicas la pena de tu encierro?
¿qué derecho tienes?

Tu sola presencia infunde encanto oculto,
aromas muerte,
embruja desosiego: obligas tiempo detenido,
fluye siempre quieto instante y permanece.

Horizonte que no acuna y marcha.

Dilemas pensar al crítico sutil, no siempre,
el delirio fatuo de pensar oscuro?
Callar al insulso poderoso, nunca o casi?
Suspirar al político, a destiempo su sonrisa?

Y cuando ya no seremos ni recuerdo
o ciertamente rocas o capas, o nuevos cuaternarios,
seguirás moviendo, por igual,
al gentil rico, no siendo el romano que se creen,
idiota y desalmado,
al rico bueno, ¿existe?
al lerdo pobre, inteligente y envidioso,
ni en sospecho engendro de Mesías
ni menos cuando ilusión que marca
el desamparo,
al pobre bueno, ¿existe?
o al humano que lucha de su sueño la esperanza,
y quiere y puede?
No es de la moral la vara de la historia.

Y si alguna vez, cuando el sonido del agobio,
al simplemente humano
alguna vez como en todo sueño,
cuando de la pena, su aroma y colorido,
alguna vez y un día?

Aún nos cansa mucho. Ellos y nosotros. Los extraños.
Mientras existe la troca de inmanente:
Yo te doy sueños que rastros dejen nada, tú me das
las carnes de tu estado.
Yo y tú separan, y juntos como patatas en un saco,
a más grande democracia y realismo
a más individuo y persona ajena y sujeto de derechos,
que a los sueños dañan y retienen.

Y has llegado. Y hemos llegado. Y habremos las ciudades,
los campos,
las esferas,
las celestes.

¿Pero, has y llega y cierto?

¿Qué eres?
¿En quién te haces?
¿Qué reflejo produce tu reflejo?

¿Poder de compra? El humo bajando a la caverna?
¿La bella de la joven, ese anillo esperanzado
en la encrucijada del oprobio?
Modelo en artes, promotora de argucias, de placeres, su futuro?

¿Epifanías?
¿Arquetipos?

¿Instante preñado de sí mismo?
¿De nacimiento en ascensión llamado?

¿Parabajadas balbuceando hacia su muerte?

¿Cómo precisar el espejo del espejo donde te traducen?
¿Quién conoce tu estado detenido o la sombra
en tu misterio?

¿Qué reflejo produce tu reflejo?
¿En quién te haces?
¿Quién eres?

¿Oscuras sombras de pasado incierto
o filigranas en tiempo destruido?

¿Vegetaciones de anhelo formadas?
¿Curvas marcando antiguas ausencias?

¿Instantes contenidos de futuro?
¿Afloren Fresias donde fríos fuegos?

¿Arenas pavorosas. Duros panes?
¿Dulces penas. Ilusiones cegadas?

¿Formas que buscan su tiempo destino?
¿Instantes preñados de tiempo quieto?

¿Camelias, rosas, dalias?

¿Cantimploras, bacinicas, guateros?

 Yo no lo sé,
y si lo sé – me lo callo.

Pero no podemos.

¿Estéril la palabra cuando el mercado no la quiere?

Ah de los maderos.
Ah del madero que a la historia parte.
Ah de éstas que aquí no más palabras      y silencios:

Ah de madera hechos.



Ah de éstas que aquí no más palabras y silencios
Ah de madera hechos

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