sábado, 5 de noviembre de 2011

V Lo único DEFINITIVO

   
 

loúnicodefinitivo





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Lo único DEFINITIVO



A veces la palabra amor, el sonido del amor,
ese aroma fulgurante que desarma
puede ser suave y dulce
como un beso descubierto o entre niños,
como la mansedumbre pulida de una forma que enternece.

O hiriente y filuda como odio desatado
pues, ¿qué es el odio si no amor que no encuentra su destino?
Y clama venganza
y hierve las penas poseídas
y se arruga, y se aprieta
muestra de ogro
las vetas de su espanto
su destino de torpe y mal amado?

Espeja amor podría, callado, sin saberlo
ejercer su destino sudoroso claro
pero, el odio, el odio oculta en alto oscuro
o es parodia de sí mismo.

Ah, si pudiéramos pulir la fealdad de sus engendros
si cortando y socavando, si abriendo su vientre de podrido
dando en virutas aventadas la podredumbre de su engaño
infundiéramos la forma del perdón, del olvido
la tersura del amante, amado
la plenitud del amado, amante.

Eso me gustó, como el arco y las cuerdas y la plenitud del sonido.
Un tiempo ajeno a todo tiempo.

La forma poseída de amorosos huecos.
Fuerte en tembloroso, poderoso en transparente.
Liso de arrugas
enhiesto
veríamos surgir lo oculto
lo nuevo antiguo


un destino hacia lo alto.

Pero nada es tan simple.
Como transmitir la palabra cuando dominan
palabreros.

¿Cómo la controlada destrucción señala
la ausencia de lo que antes ya sobra
y crea donde apenas su reflejo?

¿Dónde está la clave?
¿Dónde la vida o su espejismo?

¿En la mente, el cuchillo, en el ojo, o la palabra?






¿En la mente, el cuchillo, en el ojo, o la palabra?


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